En el verano de 2023 aparecieron en Hamburgo repentinas obras elaboradas a todo color sobre camiones de reparto de DHL. Escritores bien establecidos como CODE, TAPS, FUTO, MOSES, THUNDER u OTIS aparentemente cambiaron sus actividades pictóricas a este medio poco común. En los meses siguientes se pintaron más y más camiones, y ciudades como Dortmund y Berlín también han sido objetivo de este nuevo fenómeno: POST GRAFFITI, un juego de palabras con el género vagamente definido del graffiti más allá de la escritura de nombres.

A diferencia de los trenes de cercanías y metro pintados, objetos con la más alta consideración dentro de la jerarquía del graffiti, los camiones no suelen pulirse y muchos siguen circulando hoy en día. A más tardar, cuando los trainpotters empezaron a cazar por las calles los nuevos «vagones-caja» amarillos para colgarlos finalmente en las redes sociales, estaba claro que algo había cambiado en la recepción y valoración de las piezas y de la superficie sobre la que han sido pintadas.