Esta es una réplica del primer blackbook de Akay. La producción del original comenzó en el otoño de 1986, cuando Akay, de 16 años, pegó una tabla de muestra de colores de pintura en aerosol en la primera página de un cuaderno de bocetos de tamaño estándar. A través de sus adiciones nocturnas de bocetos, fotografías y recortes de periódicos hasta la primavera de 1990, el documento personal de un prolífico escritor de graffiti se convirtió en esta crónica involuntaria de una era del graffiti de Estocolmo. Hay una breve brecha en el meticuloso mantenimiento de registros de Akay justo antes de la Navidad de 1988, cuando su padre confiscó su blackbook original y lo guardó dentro de una caja de seguridad bancaria. Su papá amenazó con quemarlo si Akay no dejaba de pintar graffiti. Unas semanas después de que el blackbook fuera tomado como rehén, dos policías se presentaron en la casa del padre de Akay con una orden de registro.

A Akay y Weird se les dijo que esperaran en la cocina mientras la policía registraba el dormitorio de Akay en busca de evidencias para incriminarlo, cosas como fotos o bocetos, o incluso mejor, toda esa evidencia convenientemente pegada en un libro junto con las fechas y ubicaciones escritas junto a las piezas. Pero gracias a los intentos fallidos de su padre de extorsión parental (y no gracias a la esposa de su padre que siguió ofreciendo café y refrescos a los policías), la policía no encontró nada incriminatorio. Lo único un poco sospechoso que la policía pudo encontrar fue una exhibición de 280 latas de aerosol de colores, la posesión más preciada de Akay en ese momento, solo superada por el blackbook confiscado, que iluminaba su habitación sin ventanas. Ahora, más de 30 años después, mucho después de que los contenidos puedan usarse como evidencia en cualquier delito procesable o para tácticas de crianza manipuladora, el blackbook de Akay se ha reproducido y puesto a disposición por primera vez. Esta es la segunda edición. Los desplegables vienen en un paquete con instrucciones sobre cómo pegarlos.